25 noviembre, 2009

La Cruz, escándalo para los propios cristianos

El amor sin medida parece ser un escándalo para la comprensión humana, Pedro es el primero en preguntar sobre los límites del amor, pero Jesús le advierte que esos límites no son de Dios.
Amar hasta que duela, parece ser un escándalo en la manifestación del amor humano, siempre el amor propio nos repliega hasta nuestros propios muros, esa fortaleza de yoísmo que hemos erigido en torno nuestro.
La Cruz es el despojo total de si mismo y el sentido más alto del dolor humano. No puede tener esta disposición otra consecuencia, sino el triunfo definitivo.
La pregunta es: ¿tenemos real conciencia del premio inmerecido que se nos promete al amar “escandalosamente”?
¿Tenemos los ojos puestos, realmente en la vida eterna? A mi me parece que no. Es más, no nos parece evidente el triunfo final ante tamaño sacrificio. Estamos en la cultura de la Ley del menor esfuerzo.


Me parece más bien que hemos cerrado las facultades que nos permitían ver, pretender y gozar de esa promesa que se puede vivir ya como una realidad, desde la fe….. y desde la Cruz.
La escasa relación y diálogo con Dios ha atrofiado nuestra mirada sobrenatural y la ha limitado a un espejo que sólo refleja nuestra propia imagen “enchulada” a nuestro propio antojo. Dios se debe parecer a nosotros, pensar como nosotros, amar como nosotros y tener una “sana” cuota de mezquindad, para salvar su honor, claro está.
Que no nos haga ver como idiotas, ni nos apunte con el dedo, ni nos haga caer en la cuenta del sentido del ridículo, de nuestro propio endiosamiento.
Que siempre nos justifique y nos proporcione la visa para irnos derechito al… cielo? o lo que sea que hay después de esta vida. Y eso, si estamos pensando que vamos a un cielo.
He visto muchas almas vacías y resignadas a pensar que no van a ninguna parte, no se si es falta de fe o de soberana flojera…. las empresas materiales a las que están entregados parece tener más sentido y dar frutos más inmediatos en este mundo tan acelerado, antes que nos coma el tiempo.
Qué ridículo será ese tiempo cuando nos toque enfrentar el paso hacia la eternidad!!!!!!!.
Esa falta de visión si que es motivo de escándalo!!!!




Este fue mi comentario a un interesante artículo del profesor Arturo Bravo